MEXICO - Afridita Kalho

A Guadalupe y a Mariana

Unos cuantos piquetitos
Frida Kalho


Afridita Kalho

Un cómputo de amputaciones,
un monto de ágata restante
de obscura expectancia supralógica.

Bancos corridos aglomerados de intenciones,
estaciones, oraciones, a trocomoche, tajadas.

Sangrita que se viene por fermentarse,
por desvanecerse costra, fogonismo.

Sangrierita que sencillamente a veces,
no llega, no llega igual que en los antes,
al corazón abierto de noches empiernadas como racimos.

Pues, y si llega, llega amputada, apollardada,
revoleteada en cachitos, en consteladas segmentaciones.

Eso sí, siempre que llegue a llegar
porque quien sabe cómo, casualmente, no deja de jalarme.

Ninguneargumentarse

Desaparecer, aparecer, desaprehenderse,
acaecer sinónimo entre rastrojos matorrales
cual austero caballero de mente desnudada.

Desprender, descender ligeru desde las cumbres,
pues desencumbrarse suavemente, agudizarse
en la claridad de las mojarras, los lulos, los aguaceros,
en la irascible poesía de lo que pudiera lo irrisorio.

Desaparecer, acontecer, desalojarse.
Destronarse, destruirse, distraerse,
barnizadas glosas en hieso –disolverse,
y de las malteadas gnoseologías ortodoctrinales;
des juris prudenciarse.

Desentenderse, inmanenciarse, destituirse,
aburrirse de esa paz en ciernes malamente cervicada,
simientemente contraída, y obviamente
dedicarse al contrabando.


Bogotá, 1 de octubre de 2010

Tentempié

Una, leve, breve, angosta
y, pues, otra, pululante.

Demasiado despilfarradamente asustadizas,
temiendo la una de las urnas,
huyendo la otra de las horas.

Otra, correspondiente, pulcra, depositaria
y, pues, la una asoleándose.

Faltando el verbo para las cinco,
ellas, otrificadas, unasidas,
no se permitieron al ensamble,
a la mucosa babilla de los ingredientes.


Bogotá, 26 de septiembre de 2010

Eu fémina y Eu Calipso

Devolverse tras,
voltear parsimoniosa
como himno desterrado
en las altas barandas
de algún subgénero de dudas.

Campos, campo verdegueante
de-descoronadas coníferas fernandas,
lentamente lentas, casi
al fino filo del pasar de lado.

Y volver a devolverse cabalgando,
galopando con los ojos hundidos hasta la nuca,
hundidos hasta virar el pomo al otro lado de la escotilla
y no decir ¡Eureka! sino, Eu Calipso.


Bogotá, 12 de septiembre de 2010

entre Tenerse

Tendido cabo estirándose hacia el muelle,
hosco hueco en el momento paralelo,
titilante espejo portuario.

Entre tenerse salpicados
recayendo por los endes del contraste,
entretejidos por las mañas del anhelo.


Bogotá, 24 de julio de 2010

Marte Santo Santomarte

No se trata de la mar,
de llegadas elongadas,
cadencia, incansable esperantina.

No se trata de un cuerpo acostado
de frente al horizonte, ni de un cabo cíclope
petrificado por los tiempos.

No se trata de un batallón voltígero
perdido, empeñado, enselvado
bajo vientre de algún instinto.

No se trata de la mar,
azulosa superficie cascabelera,
espantosa oscuridad que nos sublima.


Santa Marta, 8 de agosto de 2010

Taganga

Remojo,
la lata rueda hacia el principio húmedo
que no es tu sexo,
que no son las aguas.

Se empapa,
aflora a flote,
paralizada.
Hoy es domingo.

Desperdicio a onda nadas
desterrándose.
El avistamiento sea allá donde apoyarse,
Será que será Taganga entonces.

revolvér,
tratar de volver a lo distinto.

No me acuerdo

Relámpago.

No me acuerdo.

Segundos atrás volvió a cogerme el día,
a vía una vez uno
acatando el cumplimiento
en sí misma do

uno sólo,
aquel era sin duda
un buen cuerdo acordado.


Bogotá, 24 de julio de 2010

No ando nada (Girona)

No ando nada, recayente cielo ceniciento,
ni una parcialización de algo
que puedas distinguir cuando lo encuentres.
No dejes que diga nada
abrázala, abrázala, abrázala
turquesa calavera sonriente.

Onda Laguna Poza

Una laguna basta sacudida vilmente
vívida desdoblándose alforja
ida muerte tras muerte.

Se mueven tanto
ondeándose sinérgicas
debatiéndose cobardes
fieramente en el afuera.

Y repiten y repiten llovidas prolongándose,
extrávidos Anenecuilcos serpenteantes,
colibríes alacranes que se incineran en mi mente.


Cuatrocienegas, Coahuila, 14 de marzo de 2010

Cautiverios idílicos #3

Si no me quieres yermo,
déjame simular que me cobijo y
sueño que nunca sobreviví a
la exasperación del apresado
que lame la cal que le confina.

Si no me quieres yermo,
acércate y hagamos arder los informes, nido
de una burocracia serpenteante
que va inscribiendo en la arena
las citas que nuestros disciplinados oídos
desean registrar para saber
que nuestro amor no languidece.

Si no me quieres yermo
no me pidas que espante mi soledad
de tu regazo,
tales permutas de zona franca
e imperialista poética
cultivan mi espíritu misántropo,
más cuando convengo tal afrenta
sin motivo.

Tal vez seamos igual de torpes o de necesitados.

Así de torpe soy cuando
no quiero mielinizarme en tus mensajes unívocos
pero trato con disimulo y sosiego
que entres en mis aposentos revestidos
del más sombrío lujo y
la necesidad más aciaga.

Es horizonte el labio de un vaso de barro,
y su saliva oxigenada abuso y
discreción
ahí cuando la templanza metamorfosea
en la colección de abalorios
e inscripciones.


Wayna Potosí, Refugio campo alto (5.200 mts), a 7 de julio de 2008
Tecno trance estático
pómulos pilares de una mirada
quieta.
Setenta y un terratenientes
bajo el crepusculizante velo
de una sierpe

lagunas solas, segundosnombres,
estirpes viles cuanto domingo soleciente,
fieras terribles perfumándose

no da igual porque se apagan las brasas.
No da igual porque se recubren de esbirros